Ha coincidido con la semana de inicio del curso escolar que se han publicado varios artículos de prensa relacionados, por un lado, con la soledad que experimentan muchos y muchas estudiantes a las universidades y, por otra, con la relación entre la participación social y el éxito académico.
Parece patente la soledad, aislamiento y, incluso, depresión, que muchas personas que inician o continúan sus estudios universitarios enfrentan al volver del verano y a lo largo del curso. El 66% de los estudiantes canadienses entrevistados por la investigación que apoya el primer artículo dicen sentirse solos y tristes en la universidad. Esto es especialmente acusado entre los estudiantes que provienen de otras ciudades o países y que tienen una red social pobre en la localidad donde se encuentra el campus. Si a esto se le suma el ritmo, a menudo estresante, de estudio, tareas y exámenes, nos damos cuenta que la necesidad de un apoyo, alguien con quien compartir las alegrías y las angustias del día a día, es perentoria para no sentirse aislados y absorbidos por la rutina. Las universidades catalanas ofrecen a sus estudiantes servicios de atención, información y orientación que, en algunos casos, incluyen apoyo psicológico. Desde el AFEV, queremos poner énfasis en la necesidad de los estudiantes (y de las personas en general) de hacer red y sentirse conectados y útiles, como vía para vencer la melangia y el aislamiento, y soportar mejor las dificultades o etapas más duras del curso universitario
Hay muchas opciones para participar, como por ejemplo formar parte de las asociaciones de la universidad o del barrio, hacerse delegado/da de clase o representante del sindicato de estudiantes o también hacer un voluntariado en alguna organización ciudadana, como manera de actuar en el territorio donde está implantada la facultad. La participación social es una vía privilegiada de conocer nuevas personas y establecer relaciones de apoyo mutuo. También de salir de la rutina, descubrir o desarrollar habilidades propias y, sobre todo, de dar sentido al día a día a veces rutinario del estudiante.
El estudio publicado recientemente a “Le Monde” al cual hacíamos referencia también al inicio, destaca que el compromiso social no representa un riesgo para el éxito académico de los universitarios. Así, los y las estudiantes que participan de varias maneras a la vida asociativa dentro y fuera del campus dicen sentirse parte de la colectividad, por lo tanto el asociacionismo acontece en su caso una vía de integración a la universidad y a la sociedad. Además estos alumnos, dicen, se motivan al acabar más deprisa sus titulaciones académicas.
La evidencia pone en manifiesto que las personas voluntarias presentan más habilidades funcionales (necesarias para la vida cotidiana, para los estudios y para el mundo laboral) y menos depresiones (Grimm, Spring & Dietz, 2007). En el caso de los estudiantes universitarios, además, viendo la necesidad de conectar y sentirse útiles para ser más felices que se extraen de los textos citados, vemos clara la relación entre participación, bienestar y éxito académico. Así, os invitamos a acercaros a los colectivos, organizaciones y asociaciones de vuestro campus, barrio o municipio y poner un poco de vuestro tiempo y dedicación. Seguro que os volverá con creces!!!
Font: Grimm, R., Spring, K. & Dietz, N. (2007) “The Health Benefits of Volunteering: A Review of Recent Research”. Washington: Corporation for National and Community Service.